Sr. Director:
Si las declaraciones de Torra en el pasado ya nos alertaban sobre su perturbado juicio a la hora de analizar la realidad política y social, tras el paso que ha dado en su defensa de los CDR, estamos en un momento crítico en el que parece que vale todo. Su insistencia en que acatará solo lo que viene del “pueblo catalán” es una prueba más de su nula voluntad de aceptar el Estado de Derecho y dibuja un personaje que se ha convertido en caricatura de sí mismo. Su discurso incendiario y legitimador, en la práctica, de quienes pretenden utilizar la vía de la violencia, es un acto de grave irresponsabilidad que le inhabilita como autoridad. Los propios partidos independentistas saben que Torra sólo consume, afortunadamente, los minutos de la basura de un periodo político estéril y frustrante para Cataluña.