Sr. Director:
Un familiar a quien hemos herido, un compañero que nos ha calumniado, un vecino que nos hace la vida imposible…
La experiencia de haber sido ofendido, y, también, la de haber hecho daño a otros, es universal; tanto como difícil nos resulta en ocasiones pedir perdón o darlo.
Tal como explica la psicóloga Sánchez Chamizo, experta en terapia del perdón, "la rabia, la ira o la hiperculpabilidad que surgen tras una ofensa pueden robarnos la paz, generar ansiedad e, incluso, conducirnos a una depresión".
Sin embargo, con el arrepentimiento y el perdón, nuestra vida puede dar un giro de 180 grados.
Domingo Martínez
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12/12/24 19:13