Sr. Director:
El previsor y espabilado líder de Podemos, Pablo Iglesias, viéndose ya como próximo inquilino de La Moncloa, aunque según ha reconocido preferiría continuar durmiendo en su piso de Vallecas, ya ha comenzado a tomar precauciones parea curarse en salud cuando deba ejercer como presidente del Gobierno.
Entre ellas y como primera medida para garantizarse la fidelidad de sus diputados, diseñó recientemente un nuevo sistema de primarias consistente en que cada una de las listas que presente Podemos en el Congreso, prácticamente, deberá contar con su aprobación, o bien siendo directamente designados. Así de rotundo se manifestó el dueño y señor de la ética y la moral, crítico con los vicios de la casta y adalid de la libertad y la democracia hasta sus últimas consecuencias.
Tal método, peculiar y original sucedáneo de las primarias actuales, pasa por la creación de una exclusiva circunscripción con una lista única de hasta 350 nombres que será votada en bloque. Tal sistema anula la posibilidad de que se presenten nombres incómodos, pertenecientes a otras corrientes que ideológicamente puedan incordiar al líder del partido, dado que con la citada lista única copará todos primeros puestos de salida y nadie piensa en votar a otra que no sea la confeccionada por Iglesias y su escudero Iñigo Errejón. Un comportamiento como el descrito rompe el tan cacareado pluralismo en la formación, evitándose así que ningún líder provincial alcance relevancia y se convierta en un elemento molesto, con lo cual tal remedo de primarias impuestas está suscitando serias criticas hasta entre los considerados como incondicionales.
Traducidas a números y porcentajes las discrepancias que se están originando en el seno de Podemos y como era de esperar ya comienzan a preocupar. Concretamente, ya son 855 al jueves 9 los cargos electos disconformes, entre diputados y miembros de las direcciones territoriales (casi un 25% del total) los firmantes del manifiesto crítico contra las primarias, a través del cual solicitan cambios o una consulta a las bases, con el agravante de que 6.800 simpatizantes de todo el país desaprueban el sistema y se están solidarizándose con la recogida de firmas.
Aunque la dirección del partido, léase Pablo Iglesias, no tienen previsto dar marcha atrás, el patón cometido en esta ocasión por el líder ha sido descomunal. Obviamente sus colegas de confianza le seguirán hasta donde haga falta y soñando con un futuro mejor que les permita a muchos de ellos abandonar sus penurias y acceder a un puesto en el que Hilario pase a ser don Hilario, con despacho, moqueta y secretaria que coordine su apretada agenda y un sinfín de bicocas y canonjías, entre las que destacará un sueldazo en condiciones (no confundir con el premio de la ONCE), y de paso, una vez tomada posesión del carguete, como buenos sufridores y resentidos sociales, comenzar a repartir guantazos, metafóricamente, a partir de noviembre o diciembre.
Es menester reconocer que Pablo Iglesias, políticamente tiene carisma y en estos momentos se le abren las puertas, es inteligente, improvisa fácilmente y es un personaje buscado al que se ofrece la gente buscando una oportunidad, No obstante, en esta ocasión con sus diabólicas primarias y aunque no lo reconozca lógicamente, ha cometido un gran error cuyas repercusiones no es fácil calcular, añadiendo que a estas altura y con el proceso en marcha ya no cabe la rectificación, por muy dura que sea la contestación que está recibiendo por parte de los suyos. La oposición, como es natural, está aprovechando para devolverle sus insultos y descalificaciones, pero el gran problema se basa en que ya no puede rectificar, dado que si en el primer enfrentamiento serio se viese obligado a ceder y desdecirse, la pérdida de autoridad sería total y muy cuestionado su futuro político.
En la misma línea de despropósitos habría que incluir el portazo que le ha suministrado Alberto Garzón de IU, quien desveló que había sido el propio Iglesias el que le propuso integrarlo en las listas para el Congreso, cuyo ofrecimiento declinó, al menos por el momento, el líder comunista optando por mantener su dignidad. En efecto es un político con futuro, joven, cargado de ideas y militando en un partido con gran raigambre en España, mientras que Podemos, sin restarle méritos, está disfrutando actualmente, si bien más pronto que tarde y con sus postulados entre utópicos y populistas, terminará desapareciendo, aunque previamente a ese vaticinio no será difícil imaginar una multitudinaria manifestación en Madrid y encabezada por Pablo Iglesias y Pedro Sánchez (PSOE) y alguno más, celebrando su victoria en las generales con más de un millón de participantes e infinidad de ellos enarbolando la bandera republicana, nada que ver con lo que ocurre con la roja y gualda. cuya aparición sorprende a los mismísimos españoles en las manifestaciones organizadas por la derecha...¡¡Tiempo al tiempo!!
José-Tomás Cruz Varela
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