Sr. Director:

Que en estos momentos gran parte del discurso político de unos y de otros, su gestión a cualquier nivel, sus declaraciones y comparecencias e incluso sus proyectos más inmediatos estén pendientes de una foto, dice muy poco de quienes ostentan responsabilidades tanto en el gobierno como en la oposición.

En las grandes superficies, en las que se vende ropa, siempre hay una sección que coloca el cartel de “tallas grandes”. En la política española debería de haber un letrero que dijera “tallas pequeñas”.

Nuestra vida política puede ser calificada por muchas de sus características, pero hay una que es ineludible en cualquier juicio que se haga y es la talla más bien escasita de nuestros políticos. Pocos, de cualquiera de los bandos, se escapan de la enanez que les atenaza.

Salvo rarísimas excepciones (tan raras que prácticamente no se encuentran) ni por formación, ni por experiencia, ni por una gestión simplemente aceptable de lo público, puede hablarse de políticos de cierta enjundia.

Que en estos momentos gran parte del discurso político de unos y de otros, su gestión a cualquier nivel, sus declaraciones y comparecencias e incluso sus proyectos más inmediatos estén pendientes de una foto, dice muy poco de quienes ostentan responsabilidades tanto en el gobierno como en la oposición.