Sr. Director:

Quiero completar el escrito “Adios, España” de fecha 26-10-21, en el cual hago referencia a la manifestación de Monseñor Héctor Aguer, Arzobispo emérito de la Plata, Argentina, en el cual se refiere al progresismo eclesiástico, que ha sido una concausa de la descatolización de España y del derrumbe de la catolicidad. Me refiero a los “Cursillos de Cristiandad”.
A principio de la década de los sesenta del siglo pasado, estos Cursillo de Cristiandad hacían una maravillosa obra de conversión y santificación de los fieles. Me refiero a Santander, cuando se celebraba un cursillo, en la amplia iglesia de los PP. Franciscanos, se celebraban Misas a las seis de la mañana por el fruto del cursillo, el templo estaba repleto de solo hombres. En las clausuras del cursillo, en los claustros de la catedral, se escuchaban testimonios que hacían temblar hasta las piedras, aquellos hombrones venidos de toda la provincia, cantaban de “colores se visten los campos en la primavera” y ese canto reflejaba que aquellos hombrones vivían en Gracia de Dios. Realmente era impresionante, allí se palpaba la presencia del Espíritu Santo. Tenían frases que reflejaban el espíritu que alimentaba la Obra: “Las rodillas son las grandes palancas del apóstol”; “Cristo y yo mayoría absoluta”; “Al mundo se le vence con caridad y caradura”, etc. Había un consejo directivo de hombres y otro de mujeres. Un sacerdote, D. Antonio Cossio y Escalante, ya fallecido, era el director espiritual del consejo de hombres, pero llegaron los progresistas eclesiásticos y juntaron los dos consejos de hombres y mujeres. El sacerdote D. Antonio se marchó, ya veía el derrumbe del Cursillo y eso fue lo que sucedió. Antes de esta unificación, un joven sacerdote del nuevo progresismo eclesiástico dijo a un amigo mío que era el Presidente del Consejo de los Hombres, que eso ya no se llevaba, que dimitiera; y mi amigo le contestó que el que tenía que dimitir era el cura, que el lo que estaba haciendo es lo que muchos millones de personas habían hecho antes.

Con este breve ejemplo, quiero significar que como decía Monseñor Héctor Aguer, estos progresistas son, pues aún quedan algunos o sus discípulos, los principales causantes del derrumbe del catolicismo y de que España sea actualmente según el gobierno que tenemos, una Nación apóstata. Numerosos conventos y noviciados, vacíos; seminarios cerrados; parroquias sin culto, etc. Han tenido un éxito arrollador. Pero estos progresistas tienen los días contados; existe un resto fiel y cada vez más numeroso, que se extiende por todo el mundo, que forman un ejército invencible a las órdenes de su Excelsa Capitana la Santísima Virgen María. La nueva era será de una espiritualidad como nunca antes ha existido. “Por fin mi Inmaculado Corazón triunfará.”