Sr. Director:

La persecución a los cristianos que tiene por todo el mundo acentos y grados muy diferentes, vive en Nigeria un momento de particular y dramática intensidad por los asesinatos de sacerdotes que se están produciendo. Nigeria es, de facto, un estado fallido, incapaz de frenar una deriva terrible. Hace unos días conocimos el asesinato del padre Johon Mark Cheitnum, director de Comunicación de la diócesis de Kafanchan, que había sido secuestrado junto a otro sacerdote el pasado 15 de julio.

Recientemente, Ayuda a la Iglesia Necesitada ha pedido una pronta reacción de las autoridades, después de la masacre que tuvo lugar en Pentecostés, en el suroeste del país, y la ola de secuestros y asesinatos de sacerdotes católicos que no hacen sino crecer en el último mes.