Sr. Director:
Le Monde publicó una tribuna, promovida por la Fundación Kofi-Annan, con la firma de 27 personalidades –desde Madeleine Albright a Ernesto Zedillo-: advierten de las consecuencias de la pandemia y proponen un memento para proteger las elecciones y el debate público. El punto de partida es que, mientras los gobiernos hacen todo lo posible para proteger la salud pública, la democracia está en peligro en muchos países: derechos duramente conquistados están siendo dejados de lado ante la urgencia, y las libertades fundamentales se debilitan.
En más de cincuenta lugares se han aplazado indefinidamente elecciones. La decisión se adoptó en aplicación de normas sanitarias de emergencia y no según los cauces constitucionales, y sin establecer siempre el proceso para fijar una nueva fecha. En casi veinte, se celebran o convocan en condiciones inciertas, que podrían favorecer la abstención y llegar a la ilegalidad.
Los firmantes no ignoran las dificultades. Por eso, proponen algunas medidas para garantizar elecciones libres, justas, que aseguren la legitimidad de los sistemas democráticos; de algún modo, pueden inspirar el conjunto de la acción de gobierno en estos momentos: un anclaje jurídico sólido y, en caso de vacíos legales, aplicar subsidiariamente normas internacionales; un amplio consenso político a través de consultas, también para no socavar la confianza pública, esencial en la crisis sanitaria; una comunicación clara y transparente, que facilite el debate, sin hurtar las cuestiones críticas; la proporcionalidad razonable entre los ajustes y los riesgos sanitarios, apoyada técnicamente con la previa consulta a expertos en cuestiones electorales; el establecimiento de plazos, con tiempos bien definidos, y una especial consideración hacia los grupos más afectados –contagiados y confinados, personal sanitario o de seguridad- o tradicionalmente marginados.
La aplicación de este tipo de criterios mostrará la cultura democrática, también en países pioneros, como los Estados Unidos: las elecciones de noviembre están más cerca de lo que parece… Y, como se ve –aparte de la reacción popular contra los abusos policiales y la desigualdad-, no faltan problemas a propósito del voto por correo, de los controles informáticos o de la participación a través de las redes sociales. El cisco entre Twitter y Trump no tiene nada de anecdótico.