Sr. Director:

Esta ley de educación, la ley Celáa, no mejora para nada la libertad ni la igualdad, como bien recuerda el catedrático de Derecho Constitucional, Ángel J.Gómez Montoro: “Creo honestamente que todos saben que los problemas de la educación pública no se arreglan poniendo trabas a la concertada. Desde luego esta debe colaborar -y así se le debe exigir- en la integración de alumnos con más problemas; y si existen abusos en el cobro de cuotas, procederá adoptar las medidas que sean necesarias para cortarlos. Pero atacar a los centros concertados no solo no ayudará en nada a la mejora del sistema educativo sino que se traducirá en una menor libertad y en una menor igualdad”.

No pedimos coherencia a Celáa perteneciente a la burguesía de Bilbao, que en su juventud estudió en un colegio de monjas católicas, hizo su carrera en Deusto, la universidad de los jesuitas, y que ha llevado a sus hijas también a un colegio católico. No pedimos coherencia a este Gobierno de mentirosos compulsivos porque les trae sin cuidado: ellos funcionan con otros moldes mentales alejados de la realidad y de la vergüenza.