Sr. Director:
Sabemos bien la tradición de la izquierda política española de quemar templos, conventos y otras propiedades de la Iglesia católica; es algo así como un hobby divertido para los que no saben ni quieren hacer el bien. Podíamos señalar decenas de ellos quemados, residencias de sacerdotes y monjes, capillas, colegios, miles de libros, etc., en aquellos años 30, pero nos basta recordar las amenazas de la “pija asalta capillas” en la capilla de la Universidad Complutense de Madrid: “Arderéis como en el 36”.
Pero esta izquierda ha evolucionado y la pija asalta capillas Rita Maestre ha quedado un poco vetusta, rancia, ya que ahora su izquierda no pretende quemar Iglesias; han optado por robarlas, y esto es un avance significativo. Utilizarán el poder -que no han conseguido en las urnas-, para apropiarse de las propiedades que tenemos los católicos desde hace muchos siglos.
No obstante, esta evolución a lo pacífico de la izquierda radical, el PSOE de Pedro Sánchez y Podemos, se siguen produciendo hechos violentos contra los católicos y sus costumbres; se derriban cruces de mucha relevancia para los habitantes de algunos pueblos de nuestra geografía, se pretende manipular la mente de los niños en colegios con ideas perversas en contra de la razón y de la voluntad de sus padres, se mangonea a la sociedad controlando los medios de comunicación, se intenta acabar con las buenas costumbres y tradiciones de los ciudadanos, etc.
La expresión característica del tirano Hugo Chávez era “exprópiese”; tras el despótico mandato del autócrata, vendría alguna compensación económica para el expropiado. Nuestro déspota presidente, el doctor Fraude, no piensa abonar ni un solo céntimo a los católicos por los bienes confiscados, pues para eso utiliza la expresión “aprópiese”, bien distinta a la de Chávez.
Estamos acosados por una izquierda inútil que no tiene otro objetivo que destruir los principios morales de la sociedad, para imponer los suyos y de esta forma conservar el poder que no les concedimos los ciudadanos y que lograron, sí de forma legal, pero ruin e ilícita.