Sr. Director:
Sin alarmismos innecesarios y sin convertir la incertidumbre en un miedo que nos paralice, es la hora de exigir a nuestros gobernantes medios adecuados, coordinación y eficacia en la gestión de la pandemia, así como de hacer una llamada a la responsabilidad individual en el cumplimiento básico de las normas sobre distancia social. La falta de coordinación y cooperación son obstáculos muy importantes a la hora de abordar la expansión de la enfermedad.
Como subraya la Santa Sede, en el Documento que ha publicado la Pontificia Academia para la Vida, “Humana Communitas en la era de la pandemia”, todos estamos llamados a hacer nuestra parte. Una comunidad responsable es aquella en la que las cargas de la cautela y el apoyo recíproco se comparten. No es la hora ni de la nostalgia, ni la de la resignación, sino la de la esperanza, que nos permita imaginar y poner en práctica un proyecto de convivencia humana que suponga un futuro mejor para todos y cada uno.