Sr. Director:
Hay procesos y procesos. Hay procesos que tienen un buen punto de partida y se entienden, y procesos que no tienen base y sorprenden. Hay procesos procedentes y procesos sorprendentes.
Hablando del proceso independentista catalán, de su punto de partida: El derecho de autodeterminación. ¡Importante!: Cuando durante la elaboración de la constitución del 78, se votó la inclusión de este derecho, casi la totalidad de los votantes estaba en contra. Si consideramos además que la normativa internacional pone límites al derecho mencionado, podemos afirmar que este proceso empieza mal. Tiene un punto de partida frágil. Eso, y unos protagonistas raros.
Hablando de la evolución del proceso mencionado e inspirándome en las opiniones del escritor Kepa Aulestia, expongo cuatro paradojas o contradicciones:
- Cataluña no puede decidir, sin embargo, es más decisiva que nunca. Pues, el estado tiene miedo.
- Si más fuerza o intensidad despliega el independentismo, más disminuye su fuerza. Eso, por la reacción que provoca.
- El independentismo está tan confuso e indeciso que, a menudo, manifiesta lo contrario: claridad y firmeza.
- Parece que quieren avanzar, sin embargo, algunas de sus actuaciones hacen pensar, que quieren lo contrario: Retroceder, y que las cosas empeoren.