Sr. Director: "Los canales públicos deben poner especial énfasis en programas informativos, culturales, educativos y en otros contenidos que favorezcan la solidaridad y la cohesión social…". Así se expresaba Alfonso Sánchez-Tabernero, decano de la Facultad de Comunicación de la Universidad de Navarra, en El País sobre los rasgos que deben distinguir a la televisión pública de la privada. Bertín Osborne ha alcanzado, sin duda, el grado de excelencia en su programa "En la tuya o en la mía" de los miércoles noche en la primera cadena de TVE. Su entrevista con Plácido Domingo de esta semana ha sido todo un ejemplo de profesionalidad, saber estar, naturalidad y sencillez Bertín y el maestro Plácido Domingo dieron una insuperable lección hace unos días a los millones de televidentes de cómo la calidad, el buen gusto, la educación y la amistad son valores que se pueden y se deben cultivar desde los medios de comunicación y en este caso desde una televisión pública en contraposición con otros programas de televisiones privadas que desgraciadamente enaltecen la vulgaridad, el mal gusto y en no pocas ocasiones una malsana frivolidad. Internet, las redes sociales, youtube se han convertido hoy en duros competidores de otros medios de comunicación ya clásicos, que vehiculizaron la información y el entretenimiento de muchas generaciones  durante el pasado siglo: la radio, la televisión, la prensa de papel o incluso el cine. Cómo competir para subsistir o crecer es su gran dilema. Desgraciadamente las principales cadenas privadas de nuestro país, además de la saturación política, en muchas ocasiones descaradamente sectarias, se caracterizan algunas de ellas, por unos programas de entretenimiento con contenidos insustanciales y groseramente inocuos. No es necesario citarlos, porque están en la mente de todos el baile de personajes que pululan por los platós representando lo menos pulido y atractivo de la sociedad española. Es por esto que deleitarse con las entrevistas de Bertín Osborne los miércoles en nuestra cadena pública, no solo se agradece sino que constituye un bálsamo de sonrisas y optimismo en un ambiente suficientemente enrarecido ya  por la violencia verbal y física, la crispación entre tertulianos o la descarada manipulación de noticias en algunos informativos. Es un logro difícil de conseguir en la televisión principalmente, que el ambiente sea tan natural como el de un hogar, que el sofá se convierta en una confidencia pública de sentimientos, anécdotas y vivencias de personajes relevantes de nuestra sociedad y a la vez tan dispares como artistas, periodistas, toreros, cocineros o políticos. Ninguna palabra ácida, ningún mal gesto, ninguna frase inoportuna o hiriente. En definitiva, Bertín Osborne tiene el gran mérito de ahondar en lo bueno del ser humano, de estrujarle hasta que florezcan sus mejores sentimientos, de resaltar de cada uno, sus mejores aficiones y el valor del esfuerzo para lograr el éxito en las actividades tan dispares de sus invitados. Gracias Bertín porque adornas a tus personajes en el ambiente de una familia normal, con una esposa que es un ejemplo de ama de casa con mayúscula y de unos hijos que se ve que contribuyen  a la estabilidad emocional que trasluces como persona, siempre sonriente y con mucha chispa andaluza. Gracias Bertín también porque has conseguido que cada miércoles millones de españoles nos sintamos más solidarios y orgullosos de compatriotas que, como la mayoría de tus entrevistados, pasean con éxito y orgullo el nombre de España más allá de nuestras fronteras. Jorge Hernández