Sr. Director:

Desde hace tiempo España pasa por un mal momento también en lo económico y no todo se debe a Putin. 

Un paro elevadísimo; el gas, la luz y la gasolina convertidos en artículos de lujo; la inflación y todos los precios disparados; sueldos que apenas llegan a fin de mes, etc. Y todo ello bajo un Gobierno socialcomunista apoyado por secesionistas y defensores de terroristas enemigos de España. ¿Qué podía salir mal? Pero al menos hay algo en lo que alcanzamos la excelencia universal: el progresismo.

Progresismo  de vanguardia y en todos los ámbitos. Progresismo tanatófilo, proabortista y proeutanásico que gusta de cavar fosas y desenterrar a muertos. Progresismo escolar con contenidos que rozan la corrupción de menores y que elimina los suspensos para igualar a todos por abajo. Progresismo anticristiano y manipulador de nuestra historia. Progresismo que justifica a quienes asaltan nuestras fronteras.

Y sobre todo, progresismo con perspectiva de género que, ignorando nuestra gravísima crisis, anuncia que dedicará 20.319 millones de euros a «impulsar las políticas feministas de forma transversal». Lo que significa que regará con generosas subvenciones a esa legión de blindados chiringuitos que si osas criticar, serás incluido en la lista de potenciales asesinos de mujeres. 

¡Qué inteligente fue quien inventó el lucrativo negocio del progresismo!