Sr. Director:
En cuanto al acceso a las aguas británicas tras el Brexit, hay fórmulas para resarcir a los pescadores franceses, y en todo caso no es este un escollo que justifique la ruptura. El verdadero problema es que, en el debate del Brexit, el pragmatismo pesa cada vez menos en el Reino Unido.
La estrategia de Johnson es azuzar guerras culturales en una sociedad hoy polarizada, los resultados electores de los EE.UU no se lo van a facilitar. Su Brexit a cualquier precio, aun incumpliendo acuerdos ya firmados, se ha convertido en una afirmación de orgullo británico. La gran duda sigue siendo cuánto hay de sincero y cuánto de farol en su estrategia. ¿Será capaz Boris Johnson de sacrificar los intereses comerciales de su país y de dañar la cooperación en terrenos tan sensibles como la lucha contra el terrorismo? Pronto saldremos de dudas.