Sr. Director:
Desde el comienzo de la pandemia, la burocracia de la ONU, encabezada por el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, y el director general de la organización mundial de la salud, Tedros Adhanom Ghebreyesus, ha promovido sistemáticamente el aborto como un servicio de salud esencial.
Solo los funcionarios de la administración Trump se han opuesto abierta y constantemente a esto. Incluso los países que se llaman a sí mismos provida - Brasil, Polonia y Hungría - se han mantenido al margen y han visto cómo el sistema de la ONU promueve el aborto.
Esto puede significar más problemas en las próximas negociaciones de aproximadamente una docena de resoluciones de la Asamblea General de la ONU que plantean preocupaciones pro-vida.
La Unión Europea, que favorece mantener el aborto en la política de la ONU, ha superado repetidamente los esfuerzos diplomáticos pro-vida de Estados Unidos.
En una votación reciente en la Asamblea General de la ONU, la Unión Europea pudo contar con más de 120 países de su lado. Todos votaron en contra de un intento de Estados Unidos de excluir el aborto de una resolución sobre la respuesta al coronavirus de la ONU. Lo mejor que Estados Unidos pudo conseguir fue que 30 países se abstuvieran de votar.
Y el cierre de la sede de la ONU ha dificultado aún más los esfuerzos diplomáticos pro-vida de Estados Unidos.
Al igual que otras empresas y oficinas gubernamentales, el coronavirus ha impuesto una especie de letargo. Los diplomáticos no se encuentran a diario. Las negociaciones se han reducido al mínimo y se llevan a cabo virtualmente.
La labor diplomática de la Asamblea General en las próximas semanas ya se ha visto gravemente afectada. Los diplomáticos ni siquiera han comenzado a hablar sobre las resoluciones que adoptarán este año. Para entonces, el año pasado se habían distribuido los borradores iniciales a las delegaciones.
Todo esto puede resultar en la agudización de las alineaciones diplomáticas preexistentes, especialmente porque muchos países pueden esperar el resultado de las elecciones estadounidenses. Si Trump es reelegido, será más fácil para los países alejarse de la esfera de influencia de la UE. Si no es reelegido, el Departamento de Estado de Estados Unidos se alineará con la Unión Europea y apoyará el aborto en la política de la ONU