Sr. Director:
Nos acercamos al centenario de la invención del aborto. Fue en 1920, en la Rusia comunista, cuando se perpetró el primer aborto "quirúrgico", eufemismo de la extinción voluntaria, violenta y cruenta de la vida de un ser humano, cuando se encuentra en el útero materno. Un poco más tarde, la Humanidad sufrió la Segunda Guerra Mundial, calificada de “holocausto” mundial, horrorizando al mundo entero con el asesinato en masa de los más débiles, simplemente por ser más débiles, ¿entienden por dónde voy?
En el siglo pasado dejamos un rastro de muerte difícil de superar, aunque en éste vamos camino de batir el triste récord (si no lo hemos superado ya con creces). Tantos seres humanos y almas inocentes exterminadas antes de poder nacer, consideradas un estorbo, tan sólo por ser los más débiles e indefensos. Y eso nos ha llevado a un siglo XXI egoísta, consumista, insensible a los problemas de los demás, cuyos habitantes se relacionan unos con otros a través de pantallas, probablemente por la vergüenza que nos da mirarnos cara a cara. Y es que cuando ya ni siquiera existe el amor en una madre por su hijo, apaga y vámonos.