Sr. Director:

En un solo día, se votaron en el Congreso 800 enmiendas al proyecto de la ley de educación. El Gobierno y su mayoría querían darse tanta prisa en sacar adelante la ley, que la votación de las enmiendas se hizo sin tiempo para examinarlas adecuadamente. Muchas de las enmiendas aprobadas han sido pactadas con los grupos más radicales de la Cámara: Podemos, Bildu, ERC, Más País. Eso ha hecho que el texto sea más sectario. Salía adelante, a la espera de lo que suceda en el último pleno, la supresión del castellano como lengua vehicular en Cataluña.

El PSOE rechazó una propuesta hecha a última hora para que el 25% de las clases fueran en castellano, tal como exigen numerosas sentencias de diferentes tribunales en los últimos años. Por más que se empeñen los nacionalistas, el catalán no es una lengua perseguida que requiera una sobreprotección. También se aprobó una regulación contra la educación concertada que separa por sexos (diferenciada), a pesar de que el Constitucional la respaldó en su momento.