Sr. Director:
En la misa del día de difuntos, el celebrante proclamó como evangelio el pasaje de san Lucas que relata la escena del buen ladrón. Se trata de una escena popular, que describe, en medio del indescriptible suplicio de la Cruz, la no menos inefable misericordia del Corazón de Jesús. Aparte de conclusiones ascéticas íntimas, es un gran motivo de esperanza para todos, porque refleja la profunda realidad de que cada alma, una sola alma, vale toda la sangre de Cristo: la Redención operada en el Calvario es universal, cósmica. Pero no anónima ni indiferenciada: se personaliza en cada uno. Que bien que, no sólo el día 2 sino durante todo el mes, tengamos en cuenta este pasaje evangélico y que sea una ayuda al pedir por nuestros difuntos.