Sr. Director:
Como si se tratase de una rutinaria estadística más, el Ministerio de Sanidad acaba de publicar los datos relativos a los 95.917 abortos contabilizados en 2018. Entre los que nos ofrece tenemos que un 90,4% se realizaron a petición de la embarazada y sin necesidad de otro motivo. De entre las gestantes, 310 eran menores de 15 años, y 9.518, tenían entre 15 y 19. Respecto a sus estudios, 36.986 tenía la ESO o equivalentes; 26.022, Bachillerato o ciclos FP o similares; y 14.464, estudios universitarios, mientras que 1.465 eran analfabetas. Vivían en pareja con hijos 26.465, y 44.199 no tenían ningún hijo. Para el 63% de las que abortaron, fue su primer aborto; para el 24%, el segundo; para el 8%, el tercero; y para el 2,8%, el cuarto... Fríos números de una estadística que podríamos situar en muchos otros ámbitos, antes que en el de la sanidad («cualidad de sano, saludable»), porque nos desmenuza la aplicación de la muerte a cerca de cien mil seres humanos cada año, confirmando que el aborto se ha convertido entre nosotros en otro método contraceptivo, aunque algo más tardío y sangriento. Una exterminación de seres humanos que casi nadie se atreve ya a denunciar, porque hacerlo implica el sarcasmo de resultar condenado como enemigo de la humanidad y del progresismo. Descansen en Paz.