Es lo más parecido a no saber ni el color del lapicero de la última crisis financiera, pero 250 economistas europeos se lo recuerdan. La aplicación de una tasa Tobin en Europa sería un arma espléndida contra la especulación financiera, pero se retrasa y retrasa y se vuelve a retrasar. El Ecofin, oh cielos, vuelve a reunirse este martes… con la meliflua intención de resolver -preparados- algunos asuntos que permitirían aclarar el camino -no es coña- para un acuerdo final. Ya saben que en la UE, sólo diez de los 28 países apoyan ese impuesto sobre las transacciones financieras, entre ellos España. O sea menos de la mitad. Y saben también que el gravamen en cuestión sería de sólo el 0,1% en el caso de la compra y venta de acciones y del 0,01% en la de productos derivados. Ojo, pero al margen de potencial recaudación (unos 20.000 millones de euros), el objetivo de esa tasa es frenar la especulación, la misma que provocó la última crisis financiera (y después económica). Una nota positiva en medio del erial: más de 250 economistas y académicos de 24 países han firmado ya una carta pidiendo a los ministros de Finanzas de la UE que se pongan las pilas para acelerarla. Mucho pedir. La tasa estaba prevista que comenzara a aplicarse en 2014 y se aplazó hasta 2017. Hispanidad                  redaccion@hispanidad.com