Hungría es un ejemplo claro que ha sabido dar la vuelta a la situación con políticas familistas, control de la inmigración y no dejarse chantajear por la Europa disolvente
Ya lo decía Ortega y Gasset (cualquiera de los dos): la opinión pública es la que manda siempre, en las democracias y en la dictaduras.
La opinión pública occidental empieza a caer en la cuenta de que Occidente ha envejecido -muy aguda, la opinión pública occidental- y de que una población envejecida no supone un problema económico más: es la madre de todos los problemas.
Ahora bien, la solución no consiste en pensiones privadas, que es lo que tratan de vendernos bancos, fondos y aseguradoras. La solución está en rejuvenecer la población, es decir, en incentivar la maternidad y, me temo, en retrasar la edad de jubilación. Jóvenes, empezad a pensar en jubilaros a los 70 años.
Hispanidad
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