San Valentín, horterada para comerciantes
Me comenta el propietario de un restaurante que publicitó una cena romántica para el día de San Valentín y tuvo tal éxito que se vio obligado a subir los precios para cribar reservas. Y aún así tiene el establecimiento lleno.
Él mismo confiesa que se trata de una horterada pero el negocio funciona. Al parecer, en cuestión de amor sólo nos gusta el primer plato, cuando se supone que lo mejor son los postres.
Todas las películas de amor empiezan con el enamoramiento. Es como quedarse a vivir a las puertas del palacio en lugar de residir en el interior y disfrutar del mismo por muchos años. En san Valentín no se habla de compromiso. Por eso es un buen negocio para los comerciantes, aunque no para los enamorados.
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