Salió de Educación por razones personas (sic) para ser después embajador de España ante la OCDE (también por razones personales)… pero en lo medular, una ley educativa, seguimos haciendo un par con unas tortas. José Ignacio Wert dejó un marrón importante con la nueva la LOMCE, tanto que el PP se ha tenido que plegar a que no se aplique en algunos aspectos y en aquellas autonomías en las que ha sido desalojado del poder. Las reválidas en secundaria y bachillerato, por ejemplo, tendrán que esperar. El nuevo ministro de Educación, Méndez de Vigo (en la imagen), se da nuevos aires, asegura flexibilidad y anuncia que quiere "escuchar a los demás y a la comunidad docente". Es un modo de admitir, como siempre, que el problema de fondo es que entre rotos y descosidos, seguimos sin una ley estable en un tema tan sensible y decisivo como la educación. Y esa ley, dicho sea todo, debería defender tanto la libertad de enseñanza como la calidad de la educación. Mejor un acuerdo que una muerte prematura, aunque para eso sería necesario que la izquierda dejara de entenderla como una herramienta ideológica. Hispanidad redaccion@hispanidad.com
Juan March de la Lastra, cada día más fuerte: Corporación Financiera Alba sale de bolsa
12/12/24 19:13