Así está España o al menos eso dicen las encuestas. Entre la derecha pagana, es decir, neoconservadora, es decir, neocon, de Mariano Rajoy (en la imagen junto a Pablo Iglesias) y los neocom, es decir, los neocomunistas, los viejos marxistas que ahora pretenden alcanzar -y mantenerse- en el poder por la vía de las urnas y no de la revolución armada.

Entre los neocon y los neocom, no me quedo con ninguno de los dos. Y me temo que el voto católico se debe quedar, en conciencia, en eso: en ninguno de los dos. El católico podrá decir que Podemos es peor, pero entonces estará cayendo en el mal menor. Y 30 años de mal menor son demasiado años. Por eso España va como va.

¿Es cierto que Rajoy podría regresar a la cosmovisión cristiana, la única que puede salvar a España -antes que Pablo Iglesias-, por haber participado de ella? No lo sé, pero algunos nos negamos a entronizar la tibieza.

Hay otras opciones para votar en conciencia aunque no para ganar mañana, pero me temo que el futuro próximo no pase por una alternativa política sino por el enfrentamiento civil.

Hispanidad

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