¡Tremendo! Un periodista del diario El País firma un comentario bajo el título: Ni un euro público más para sangrar animales. Se entiende que para matar animales pero es que al muchacho –es un decir-, lo que realmente le espanta es la cosa de la sangre… que es lo que realmente le hacen al animalito que se ha convertido en filete en el plato del abajo firmante. Pero dejemos eso. Como se trata de un periodista económico el asunto se vuelve cosa seria y entonces apela al dinero público que se emplea en algunas fiestas donde la víctima es el toro bravo. La verdad es que el dinero público se emplea para pagar el aborto, es decir, la muerte intencionada del animal racional, el más indefenso de todos. Es más, acabo de esscuchar a un nobel decir que la lidia es un espectáculo de los más degradantes donde el toro no tiene la menor oportunidad, al tiempo que asegura no haber visto jamás que un toro de lidia gane el combate. Se ve que vive en Sudáfrica, el tío, porque toreros muertos, y hasta corredores de San Fermín y de San Sebastián de los Reyes, o de cualquier pueblo de España con festejos taurinos, muertos por asta de toro suman unos cuantos. El problema del animalismo no es que nos esté volviendo a todos idiotas e injustos es que, además, nos está volviendo hipócritas. Y por cierto, cualquier matadero supone una sangría mucho mayor para un animal que no ha vivido como el toro de lidia. Es decir, a cuerpo de rey. Hispanidad redaccion@hispanidad.com