Paradojas. Hay en España hay una tasa de paro que afecta al 22,3% de la población activa, según la última EPA, y paralelamente, el 15,5% de los que trabajan (la friolera de 2,8 millones de personas) quieren cambiar de empleo. O sea, España vuelve a ser tierra de contrastes entre el drama (un número insoportable de desempleados) y la mejora de expectativas. Ya saben que cuando la gente quiere cambiar de trabajo es porque ese mercado se ha reactivado y el personal piensa en nuevas oportunidades o en aumentar los ingresos con un trabajo adicional. Y sin embargo, esas mismas expectativas no se traducen en un descenso apreciable del número de parados. Eso, paradojas, pero es la tendencia que observa, tras encuestar al personal, un estudio de la empresa de recursos humanos Randstad. Hispanidad redacción@hispanidad.com