Citando al eximio Alfonso Guerra, a la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, "no la va a reconocer ni la madre que la parió". Por favor, no se pierdan su entrevista con el diario argentino La Nación ni la crónica del diario ABC. De ambos emerge una nueva Carmena, más seria, más profunda, más comprometida con el sistema: más que una líder izquierdista semeja un consejero delegado (CEO) del Ibex-35, dispuesto a gestionar con criterios de eficiencia, aprendidos en el IESE o en Esade. No se pierdan la entrevista de doña Manuela con el diario argentino la Nación. De ella, y de la precitada crónica del ABC sobre la presentación de su libro en Buenos Aires (ahora que es famosa, Carmena está dispuesta a aprovecharlo para vender una obra que de otro modo nadie hubiera comprado), podemos extraer las siguientes conclusiones:

  1. Manuela es de izquierdas pero no es marxista ni asamblearia (es decir, ácrata). Esto es, que es una progre de mucho cuidado cuya ideología se queda en la definición moderna de progresía: abajo los curas y arriba las faldas.
  2. Rechaza la estructura asamblearia y su  vinculación con Podemos es muy tenue, porque el poder "no lo pueden ejercer mil personas a la vez". En efecto, a ella le basta con ejercerlo en solitario.
  3. No piensa apoyar la candidatura de Pablito Iglesias en la próxima campaña para las generales. Y naturalmente, no recibe órdenes ni sugerencias de nadie.
  4. Lo suyo, más que el Gobierno es la gestión. Es decir como un Ceo cualquiera del Ibex.
  5. Cometió ilegalidades, sí, pero fue en el pasado (lo que tiene unas narices para una jueza). Ahora quiere hacer las cosas dentro de la ley -naturalmente, ahora Carmena está cobrando de la ley- porque así resultará más eficaz.

Créanos: Manuela Carmena acabará tomando el  té con pastas en Embassy. Hispanidad redaccion@hispanidad.com