Ya es casualidad que con un día de diferencia, el debate sobre la viabilidad del sistema público salte en dos países distintos con economías diferentes: Irlanda y Alemania. Cobardes por llamar a las cosas por su nombre: el drama que no se combate en el prolongado declive demográfico. El argumento en los dos casos es el mismo, aunque la recomendación proviene del Gobierno de Irlanda o del Bundesbank en el caso alemán. También cambia la edad de jubilación propuesta: 69 años para los alemanes y 70 años para los irlandeses. En Irlanda, el ministro de Ejecutivo ha animado a los trabajadores del sector público a que alarguen hasta esa edad el periodo laboral para mejorar sus ingresos una vez que se retiren. Pero se entiende que esa medida tiene sentido si se amplía a toda la masa laboral. Es lo que pretende. En Alemania, el debate lo ha abierto el banco central: si la edad de jubilación no se alarga, quedará en entredicho la viabilidad del sistema público de pensiones. La última reforma dejó la edad legar para jubilarse en 67 años. Ojo, que en los dos casos no hacen sino alinearse con el resto de países europeos, también España. ¿Qué está ocurriendo? Muy sencillo: que si el personal cada vez vive más tiempo y al mismo tiempo la natalidad cae, cada vez es más difícil cuadrar las cuentas para que los que están trabajando mantengan, con sus aportaciones, las pensiones del resto. Hispanidad redaccion@hispanidad.com
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12/12/24 19:13