Los Reyes, con una doña Letizia emocionada ante la cultura, entregaron el Premio Miguel de Cervantes a Juan Goytisolo (en la imagen). Este es el problema de los galardones culturales en España: sólo se otorga a quien poseas esta triple condición: progre, comunista y anticlerical. A ser posible con algún 'ismo' o algún 'lobby' incurso en la galaxia progresista: feminismo, antinatalismo, homosexualismo, cosas así. Goytisolo cumple todos los predicamentos. Y entonces aprovechó su día de gloria con los Reyes de España para promocionar -¡que pillín- a los chicos de Pablo iglesias: "Digamos bien alto que Podemos". Como la cosa se parecía al mejor Rafael Albertí (sí, escoña), aquel de Vota Partido Comunista, vota, vota, vota, donde el amigo don Juan creyó necesario elevarse un poco más o caer un poco menos. Atención al verso: "Las razones para indignarse son múltiples y el escritor no puede ignorarlas sin traicionarse". Con ello, el Premio Cervantes practicaba aquello que denunciaba Clive Lewis sobre esa gente amante de acudir con mangueras a las inundaciones y con barcazas a los incendios. En un país como España, más que indignado está enloquecido, con ganas de verle el color de las entrañas al vecino, el Premio Cervantes nos aconseja echar más leña al fuego. Esta es la tarea del escritor. Di que sí, Goyti. Como decía Manuel Fraga: "esto de premiar y pagar a alguien para que te ponga a parir no parece muy inteligente". Hispanidad redaccion@hispanidad.com