Celaá quiere educar a los hijos conforme a sus creencias, no a las de sus padres
Don Pedro Sánchez es ateo (así se confiesa él) pero felicita el Ramadán a los islámicos. A los cristianos no nos felicita la Navidad, Semana Santa o Pascua, pero a los musulmanes nunca deja de felicitarles el Ramadán.
No está claro si Sánchez es ateo o antiteo. Pero su ministra de Educación, Isabel Celaá, secunda al jefe: ningunea la asignatura de religión católica (también lo hizo el ministro Wert, que conste) pero se compromete con los musulmanes a que en los colegios españoles se enseñará el Corán. La Biblia no, pero el Corán sí. Y eso que el 71% de los españoles se confiesa católico, mientras que el 1,4% afirma ser musulmán.
Bajo la excusa de la pluralidad se pueden adivinar las intenciones del Gobierno Sánchez en el tema de la educación. Aunque lo intente, no puede disimular su cristofobia. Ya saltaron a los titulares situaciones como la valenciana a mediados de mes, territorio en el que se quiere implantar la religión islámica en los programas escolares. Poco a poco se cumplen los rumones y, ahora, en un colegio de Castellón, Virgen de Gracia, 13 padres han presentado las bajas de las matrículas de sus hijos para el siguiente curso, cuando se comenzará a impartir el islamismo en el centro.