Cualquiera que haya leído la crónica de Pablo Ferrer en Hispanidad sobre la Junta de accionistas de la compañía Acciona, propiedad de la familia Entrecanales, habrá pasado un buen rato. Pero si lo piensan despacio la cosa deja de tener gracia. Que una de las grandes fortunas españolas, al frente de una poderosa organización, lleve el culto a la diosa Tierra (Gaia) hasta los ridículos extremos del caso, tiene su enjundia. La liturgia que imponen los Entrecanales en honor al ídolo panteísta de moda -moda ecologista y ecolojeta- es mucho más exigente y aburrida que cualquier liturgia de cualquier credo. Además, la liturgia cristiana adora a Dios por amor a Dios, la liturgia de los Entrecanales adora al planeta por miedo a la muerte, que no es otra cosa que lo que se esconde tras los mitos del calentamiento global, el cambio climático o la sobrepoblación. Hispanidad redaccion@hispanidad.com