Para entendernos, a Arantxa Quiroga se la ha cargado Alfonso Alonso, ministro de Sanidad y un pelín víbora.
Se la ha cargado por que Quiroga era poco progre. Nada que ver con él, que es un tío moderno, o con Javier Maroto, el de la moto, que tiene asegurado su pedigrí de modernidad por su condición de gay.
La 'doble A', Alfonso Alonso, ha utilizado como peón a Borja Sémper, que aún es más progre que él y muy utilizable. Han utilizado una palabra de un informe ('rechazo' frente a 'condena' de la violencia), distingo en el que es difícil entrar y aún más difícil salir, con el sano objetivo de desautorizarla y obligarla admitir.
El ministro Alonso, digo, es una víbora peligrosa y las víboras medran en el Partido Popular, cada día más parecido a la UCD. Eso sí, todas ellas víboras progresistas. Por eso, el ministro ha sustituido a la cesada como presidente del PP vasco.
Los socialistas son más prácticos. Se han conseguido cargar a la jueza Mercedes Alaya pero los trapos sucios los lavan en casa y siguen unidos, machacando a un PP perdido en su permanente guerra civil. Ellos sí que saben quién es el enemigo. Al amigo se le apuñala en la más estricta intimidad, no como en los antros de esa derecha tonti-cainita del PP.
Hispanidad
redaccion@hispanidad.com
Juan March de la Lastra, cada día más fuerte: Corporación Financiera Alba sale de bolsa
12/12/24 19:13