Alegría y regocijo en la muy noble, muy leal, invicta y benemérita ciudad de Oviedo: un conductor, arranca de cuajo el radar que más multa a la ciudad. No podemos decirlo en voz muy alta, no nos vayan a encausar por connivencia, pero lo cierto es que un extraño regocijo recorría en la mañana del domingo 24 de abril las calles de la ciudad 'carbayona'. Es cierto que nuestro hombre, el gran conductor, dio positivo en el control de alcoholemia, pero "hágase el milagro y hágalo el diablo". Nunca una 'curda' fue tan alabada por un pueblo. El hombre del pedal se ha convertido en el héroe de todos los carbayones. Si se presenta como candidato a la Alcaldía obtendrá muchos sufragios. Insisto: todo de forma discreta, sí, pero lo cierto es que se percibe en el ambiente una incontenible alegría. Yo diría que en la capital del Principado empieza a fraguarse una nueva "leyenda del santo bebedor". Que los hados le sean propicios. Desde Hispanidad proponemos una suscripción popular para abonar cualquier tipo de sanción pecuniaria que pretenda el Ayuntamiento de Oviedo (PSOE-Podemos, más Podemos que PSOE) a la que nuestro héroe pueda verse sometido por la perfidia del sistema. No le dejaremos solo. Quizás porque el ciudadano se siente un tanto perseguido por todas esas multas que, siempre, indefectiblemente, nos cargan "por su seguridad". Hoy, sin radar sancionador, los ovetenses se sienten un poco menos seguros y un poco más felices. Hispanidad redaccion@hispanidad.com