Del eficiente golfo Juan Carlos I al inane progresista Felipe VI
El pueblo ha dictado sentencia sobre los reinados de Juan Carlos I y Felipe VI y lo ha ilustrado a su manera.
A Juan Carlos I con la imagen que corre por Internet: se trata de un golfo que dispara hasta a los pokémon pero que luego rectifica y pide perdón. Así se gana a todos.
Frente a él, un exquisito y distante Felipe VI, quien ha conseguido que la actual Casa Real sea más 'comentada' por las andanzas y sutilísimas declaraciones de su consorte, siempre en el proscenio, que por los logros del titular de la firma. Uno de esos monarcas de los que se repite que cumple con su papel y al que nadie puede acusarle de nada. Desde luego, como que nada hace. Y quien no hace nada nunca se equivoca. Como decía Clive Lewis: ¿Cómo no podría adecuarse a todo una gelatina?
Pero a lo que estamos. Divertir instruyendo, es nuestro lema: porque aquel golferas, vaya usted a saber por qué, tenía un predicamento entre los unos y los otros. Si estuviera en La Zarzuela, ya habría conseguido un acuerdo para formar Gobierno. Por contra, el puritano Felipe VI, sin desviarse un punto de su papel institucional, se está jugando la monarquía por no hace nada para que nuestros patéticos políticos lleguen a un acuerdo. Por no arriesgar nadie podrá acusarle de nada, pero a lo mejor pierde la herencia.
Hispanidad
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