Para aclararnos, pues percibimos que, tanto la prensa madrileña como la catalana, son prisioneras de sus muy opuestos tópicos. El 27-S ha marcado el peor de los escenarios posibles. Veamos: Artur Mas (en la imagen), el único elemento un pelín moderado -cada vez menos y cada vez más narcisista, pero no es Oriol Junqueras ni Raúl Romeva-, tiene fuerza para negociar un acuerdo con Madrid. Al mismo tiempo, Madrid tampoco sabe con quién negociar ni qué negociar. Mas es prisionero de los radicales que le rodean, que no quieren hablar de convenios fiscales sino de independencias. Una cosa parece clara: el independentismo no ha perdido el 27-S pero la jornada electoral del pasado domingo sí ha contado con dos derrotados: Artur Mas y la posibilidad de un acuerdo entre Madrid y Barcelona. Hispanidad redaccion@hispanidad.com