El premier griego Tsipras había conseguido muchos apoyos políticos como Francia e Italia. Es más, había modificado el lenguaje habitual, con gran enfado de Alemania, en el sentido de unir el pago de la deuda al crecimiento económico. Idea que, decíamos ayer, resulta tan interesante como equívoca: hay que ponerle números.

Pero el Gobierno Merkel se guardaba su as en la manga: el Banco Central Europeo y su peón Mario Draghi (ambos en la imagen). Así, el BCE decidió dejar de proporcionar dinero a la banca griega. Es definitiva, estrangulamiento de una economía por falta de liquidez. No es lo más importante la liquidez, pero sí es determinante.

¿Lo ven como vivimos en Aleuropa?

Hispanidad

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