El ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón fue expulsado a las tinieblas exteriores por una mini-reforma (igual que la anterior de Bibiana Aído e incluso, en algunos aspectos, peor) pero que a Rajoy le pareció podía hacerle perder votos. Rafael Catalá le sustituyó como ministro de Justicia pero suplicó que le quitaran de sí el asunto de la vida humana, cosa muy molesta.
Fue el nuevo ministro de Sanidad, Alfonso Alonso (en la imagen), quien, chuleta él, asumió la patética nano-reforma, pero ya se ha cansado de hacer el pardillo. Porque quien intentara que la mamarrachada del PP pase por una ley provida es para eso: para pardillos y pringaos.
Total, que cuando Hispanidad pregunta a la vicepresidenta Soraya si el PP ya ha cumplido su programa provida asegura que todavía no ha terminado la tramitación parlamentaria.
Un día después, Hispanidad le pregunta a Alfonso Alonso si puede haber cambios en el Senado y responde, con aspecto cansino, lo contrario que Soraya "no habrá cambios" en la nano-reforma.
Y es que Alonso, como a todos los miembros del PP les molesta que les mencionen el desagradable asunto del aborto. Sucede cuando tienes mala conciencia o cuando huyes de tu conciencia.
Hispanidad
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