El tinglado de la antigua farsa de Aerolíneas Argentinas está a punto de echar uno de sus telones, el más corrupto, el político. Antes de que la presidenta argentina Cristina Fernández aterrice en Madrid se pretende que todo esté atado y bien atado. El Gobierno Zapatero espera ultimar un acuerdo sobre Aerolíneas Argentinas, hasta hace seis meses propiedad de Marsans, según el cual, la Casa Rosada se quedará con Aerolíneas y no pagará un euro a Marsans por la expropiación, pero se permitirá a Pascual y Díaz Ferrán seguir intermediando en la compra -leasing- de los aviones de la compañía de bandera argentina (ARSA y Austral). Es decir que, además de todo el dinero ganado con las ayudas del Gobierno español y las subvenciones del argentino, a pesar de haber destrozado el transporte aéreo en aquel país, Pascual y Ferrán seguirán ganando dinero. Lo adelantó Hispanidad, pero ya no se recata en reconocerlo ni el periódico argentino más próximo a la Casa Rosada, Clarín.
A cambio, Marsans retirará sus demandas internacionales, pero eso es lo de menos. El verdadero precio que pretende Zapatero es la entrega de la CEOE al servicio del Gobierno socialista. Ya hemos dicho que tras terminar con el cargo y la salud del secretario general, Juan Jiménez Aguilar, Ferrán puede entregar directamente de la patronal CEOE, convertida ya en la primera patronal filo-socialista, un elemento muy necesario para un Zapatero empeñado en ocultar el desastre de su política económica, que ha convertido a España en el paraíso del desempleo, sin comparación con ningún otro país de Europa. Todo ello bajo la supervisión del presidente del Consejo Superior de Camaza de Comercio, el ex ministro socialista Javier Gómez Navarro. Naturalmente, el regalo añadido de ZP a Pascual y Ferrán no sólo consiste en templar gaitas frente a los Kirchner, sino en perdonarles el pequeño detalle de hacer que la pública SEPI se olvide de investigar el destino de los 758 millones de dólares que el Gobierno Aznar dio a Marsans -además de regalarle Aerolíneas- y cuyo destino está siendo investigado por el juzgado 35 de Madrid.
Por cierto, que el juicio se demora -lo que aprovechan Pascual y Ferrán- por los cambios en la titularidad del Juzgado. Pero con los cargos siguiente en pie: Por el caso ARSA, el actual presidente de la CEOE y su socio Gonzalo Pascual, están imputados por delito fiscal (100 millones de euros defraudados a Hacienda según un informe pericial de la Agencia tributaria), estafa procesal (en el concurso de acreedores de ARSA, con los accionistas minoritarios) y desvío de fondos públicos (en principio, por los 300 millones que el Gobierno español les regaló para poner el balance de Aerolíneas a cero, libre de deudas, mientras que lo que hicieron ellos, de lo que se les acusa, es de capitalizar dichas deudas).
Pero, para ocultar todo el fregado, Díaz Ferrán necesita hacerse necesario... a ZP. Para ello, debe ganar las elecciones presidenciales en la patronal, el próximo 2 de abril. Y no cuenta con el apoyo de la presidenta popular madrileña, Esperanza Aguirre, que fue quien le catapultó a la Presidencia de la Cámara de Comercio de Madrid y de la patronal madrileña CEIM (hoy ocupada por el cuñado de Ferrán, Arturo Fernández, el Tuti). En el Gobierno madrileño, a Ferrán se le conoce hoy como el traidor, pero eso ya no le importa. Tras terminar con Jiménez Aguilar, el hombre de José María Cuevas, y asustar a la clase empresarial con encendidas defensas de las políticas económicas del Gobierno, Ferrán está dispuesto a laminar cualquier alternativa para ser elegido por unanimidad el próximo 2 de abril. Así, por ejemplo, le ha torcido el brazo, en cuanto supo que Jesús Núñez, de la patronal educativa, dueño del colegio Monfort y de la Alfonso X el Sabio, íntimo de Aguirre, tentado por el Gobierno madrileño, se planteaba una candidatura alternativa, obligó a éste e emitir un comunicado de inquebrantable adhesión a su persona. Con una curiosidad: el comunicado, elaborado y emitido por la patronal de Núñez el lunes 2, ya había sido filtrado a la agencia EFE, el viernes 30. Y es que, con Ferrán en el timón, la CEOE posee hasta facultades adivinatorias.
Eulogio López
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