El valor contable de las empresas del Grupo SEPI, el antiguo INI, es de 1.343 millones de euros, o eso dicen los estados contables y 3.200 millones de patrimonio neto. No es mucho.
Más importantes, aunque menos identificable como tales entes estatales, es la Dirección General del Patrimonio, con empresas tan importantes compradores, una de las privatizables. Y la pieza gorda es Fomento, donde hay que apuntar el ADIF o RENFE, nada menos.
Al final, y aunque pareciera que el PP privatizó las joyas de la Corona, queda todavía un tejido societario en manos del Estado, es decir, del Gobierno.
Al final, estamos hablando de una amalgama de empresas donde entran EADS, Ebro Puleva, AENA, RTVE, EFE, ENRESA, MERCASA, ENAGAS, REE, NAVANTIA, Paradores, Iberia, HUNOSA y siga usted contando.
Las órdenes de Elena Salgado, mal recibidas por Pepiño Blanco, al que no le gustan que se metan en sus casos, consiste en valorarlas y, ante la necesidad imperiosa de liquidez que tiene el Estado español. El problema es que se entremezclan participaciones minoritarias, como es el caso de REE o Iberia, con empresas que nadie compraría en el mercado, como EFE, RTVE o HUNOSA, con empresas con compromisos internacionales, como EADS-Casa, en las que vender su participación representaría despidos masivos, porque la carga de trabajo se reparte proporcionalmente al capital aportado.
Qué decir de monopolios de hecho o de derecho, como EFE, RTVE, MERCASA o ENRESA, donde no se sabe dónde acaba la tarea empresarial y empieza el servicio público.
RENFE, la joya de la Corona, está pendiente de liberalización, y sin liberalizar es difícil privatizar el transporte de pasajeros por carretera.
¿Y cuando hablamos de infraestructuras? SEPI tiene el 20% de Red Eléctrica de España, pero la ley le permite vender un 10%.
Las participaciones minoritarias: Ebro Puleva o Iberia, un 5%, causan menos problemas pero tampoco aportan muchos ingresos.
Y es que cuando la necesidad aprieta, ni a las empresas públicas se respeta.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com