El ministro de Defensa, José Antonio Alonso, se resistió a ser degradado de ministro a portavoz parlamentario del PSOE, sólo para dejar un puesto libre en el Gabinete
El sistema lo inventaron los ingleses. Se acude a la televisión y se dice que Fulanito va a ser, verbigracia, portavoz parlamentario del Gobierno, cuando el interesado no lo sabe o lo sabe pero ha rechazado la oferta. Ya se sabe que lo que sale en los medios es un hecho consumado. Eso fue lo que hizo, cómo no, Pepiño Blanco, secretario de Organización del PSOE, que cubrió a José Antonio Alonso, ministro de Defensa, con una peligrosísima catarata de elogios y dio por hecho el nombramiento... mientras Alonso se resista, ante el mismísimo Zapatero –a quien nunca ha respetado porque le conoce desde que eran jóvenes- en el mismísimo Palacio de La Moncloa.
Y es lógico que al titular de Defensa, conocido por su compañeros como "Mudito", por su aversión a hablar ante un micrófono o "en sede parlamentaria", se negara a ello. No olviden que pasar de ministro a portavoz parlamentario es una degradación. Si lo sabrá el portavoz saliente, Diego López Garrido, que quiere dejar ese potro de tortura para ser... ministro. Además, el portavoz es el que tiene que estar siempre dispuesto para hablar con los medios... y, como buen juez, Alonso odia el periodismo independiente.
¡Qué mejor portavoz parlamentario que un mudo!