Ni la advertencia de su predecesor, Felipe González, que augura una crisis energética para 2012, hacen cambiar de opinión al presidente del Ejecutivo, quien insiste en que su modelo son los molinillos y las huertas solares. Una vez más, ZP utiliza el timo del diálogo: acepta un debate monográfico sobre energía nuclear pero ya advierte sobre el resultado del mismo

Ocurrió en el quincuagésimo aniversario del Círculo de Economía. El socialista Felipe González advirtió el viernes 30 sobre una posible crisis energía mundial en 2012, y unía diagnóstico y terapia: la única manera de salvar esa crisis consiste en potenciar con carácter de urgencia la energía nuclear, tanto para evitar el calentamiento del planeta como para asegurar la soberanía de Occidente. Y esto lo dice le hombre que decretó la moratoria nuclear.

Pues bien, 24 horas después, en el mismo foro, su sucesor, Rodríguez Zapatero, volvía a echar un jarro de agua fría con su ecologismo ideológico: su modelo energético sigue siendo la energía renovable, es decir los molinillos y las huertas solares, energías que salen entre 10 y 100 veces más caras que la nuclear -carestía oculta al público a través del déficit de tarifa y de las subvenciones verdes- y que no aseguran la soberanía energética. González insiste una y otra vez en que Occidente necesita la energía nuclear para asegurar, no ya su economía, sino la democracia.

No sólo eso, el mundo gira hacia lo nuclear a gran velocidad. Nicolás Sarkozy ha convertido la industria nuclear francesa en su punta de lanza diplomática, Estados Unidos gira hacia lo nuclear, al igual que Reino Unido, Japón, Italia y, ahora China, aunque esta no sea un país occidental. Pues bien, mientras todo eso ocurre, ZP insiste en situar a España en la marginalidad, mientras empresas como Iberdrola engordan su beneficio o fortunas como la familia Entrecanales engrosan su patrimonio con el dinero de todos los ciudadanos.

Eso sí, ZP ha vuelo a echar mano de la estafa del diálogo. Se muestra dispuesto a realizar un monográfico parlamentario sobre la energía nuclear, pero ya advierte que la conclusión del pluralista debate monográfico será otro no del Ejecutivo. Algo parecido al plan Ibarreche: ¿Para qué le recibió en Moncloa si ya anticipó su negativa?

En cualquier caso, con su empecinamiento ZP condena a España a la marginalidad.