porque hizo de la negociación con la banda terrorista ETA eje de su acción política, pretendiendo asegurar, gracias a un hipotético pacto, su permanencia en la Moncloa.
porque nunca cumplió sus promesas con respecto a las condiciones que él mismo se había impuesto para una futura negociación.
porque dejó sin efecto la Ley de Partidos, permitiendo la actividad de Batasuna, dando espacio y legitimidad a Arnaldo Otegui; lo que ha facilitado la ruptura del cerco político, jurídico y social a que estaba sometido el mundo aberzale.
porque utilizó los resquicios de la ley para alentar las tesis de que los terroristas saldrían en libertad tras reducirse sus penas.
porque, a través de la Fiscalía General, buscó que se acomodara la aplicación de la justicia a los terroristas en consonancia con el nuevo clima político; lo que quedó en evidencia tras la reducción de petición de penas.
porque situó, por primera vez en Europa, aun Estado al mismo nivel que los terroristas.
porque accedió, tal y como ha defendido ETA durante años, a la internacionalización del conflicto, otorgando valor de interlocutor a los terroristas y buscando exonerar a Batasuna de la consideración de organización terrorista.
porque en todo momento su política de negociación ha estado marcada y guiada por los terroristas.
porque, conscientemente, no quiso asumir que la extorsión a empresarios, la kale borroka y el robo de armas demostraba que ETA, como en anteriores ocasiones, estaba aprovechando la tregua para reorganizarse, poniendo, en consecuencia, fin a toda negociación.
porque los servicios de información y las fuerzas de seguridad han actuado, en todo momento, condicionadas por la política de negociación.
porque ni tan siquiera el atentado ha sido capaz de hacerle rectificar.
porque, tras el atentado, aplazó varias horas su comunicado para poder contactar con Josu Ternera, delegado de los terroristas para la negociación.
porque sus medidas, tras el atentado, no han pasado de las meras, equívocas, calculadas y ambivalentes palabras.
porque, a pesar de todo, no ha cerrado las puertas a una futura negociación.
Por todo ello, José Luis Rodríguez Zapatero tiene la obligación política y moral de dimitir.
Alternativa Española
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