Dos son las posibles líneas de actuación del Gobierno. O va en un perfil técnico a vender transparencia, regulación o supervisión o se coloca el traje de progre y se va a Washington al funeral del liberalismo y el parto de la socialdemocracia mundial. ¿Qué hará?, le preguntan a De la Vega en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros.
De la Vega inicia su respuesta con eso tan socorrido de hay que esperar. Pero posteriormente no pierde la oportunidad para soltar su discurso ideológico. En su opinión, Zapatero llevará a la cumbre -además de transparencia y supervisión- un modelo contra las insoporatables injusticias, un desarrollo sostenible con el medio ambiente y la paz porque las aventuras al margen del orden internacional también afectan a la estabilidad financiera. Menos mal que había que esperar. De la Vega lo tiene claro. Salimos del rincón de la historia, regresamos al nivel donde nos merecemos estar como la 8ª economía mundial, gracias al esfuerzo de todos los españoles en los últimos 30 años. Ya saben: España nació hace 30 años. Antes, no existía. Y desde luego vamos a Washington a hacer politiqueo.
¿Seguiremos en los trabajos posteriores? De la Vega orilla la pregunta. Lo importante es que vamos a estar en los trabajos iniciales, con voz y voto y en calidad propia. Y a todo esto, tendremos que compartir silla con Chequia, el próximo país de la UE en asumir la presidencia. Según De la Vega eso ya fue acordado en el ámbito europeo. Sólo que nos hemos enterado este mismo viernes. Pequeños detalles como la presencia de Holanda con la que también compartimos silla. Detalles, dice De la Vega, sobre los que no quiere hablar.