Sr. Director:
Esta carta va dirigida al presidente del Gobierno.
Sr. Zapatero, el nuevo "talante" que no "talento" del que tanto alardea, creyéndose en la verdad absoluta, consiste, me temo, en escuchar a todos menos a los que opinamos de forma distinta a la suya, imponiéndonos sus ideas antifamilia con el mismo autoritarismo que tanto critica.
Y que conste que creo firmemente que es muy legítimo que cada uno tenga las ideas que quiera, pero de ahí a imponerlas a la fuerza va un trecho, infranqueable para un demócrata como usted, que convertiría la democracia en una vulgar dictadura al amparo de las urnas.
No pido para mí ningún derecho más que para los demás, pero ojo, tampoco ninguno menos. Debo tener la misma libertad que cualquiera a expresarme, a decir lo que pienso y a que se me respete por mis opiniones, aunque no gusten, pues son mías y debo poder expresarlas y difundirlas libremente. Lamentablemente no me estoy refiriendo a asuntos triviales, no; hablo de inocentes que no nacerán, hablo de destruir la familia igualándola a otras formas de convivencia distintas, hablo de jugar con los embriones en aras de la ciencia, el progreso y el lucro, hablo de que la vida de un nacido vale más que la de uno que va a nacer, y se puede sacrificar a éste para que tenga un corazón sano o una pierna o lo que sea aquél.
Gran triunfo de la humanidad fue abolir la esclavitud, pero gran estupidez, gran vuelta a la prehistoria es, bajo, el estandarte progresista, esclavizar al no nacido, disponiendo de su vida, para que tenga mayor calidad el ya nacido, al tiempo que se desautoriza al que está en contra de tales salvajadas.
Pero en esta legislatura suya todo vale, al menos todo lo que usted quiere hacer, pues ha olvidado que se debe al pueblo, que trabaja para él y no en contra suyo, que no le pagamos para que se deshaga de parte de la población antes de que nazca, sino para que busque soluciones de futuro, para que ayude a las madres a sacar adelante a sus hijos, para que ayude a las familias a tener los hijos que quieran en las mejores condiciones, para que investigue la manera de que estos hijos sean competitivos y estén en igualdad de condiciones con el resto de los europeos. Pues estos hijos son irreemplazables, son capital humano imprescindible para el desarrollo y sostenimiento de España, para que dentro de 30 años, por ejemplo, no seamos un país de ancianos, un país donde nuestros jóvenes ya no cobrarán jubilación y quizá los que hoy tengan menos de 40 años tampoco, ¡después de toda la vida cotizando!; pero no, eso son estupideces de unos locos que muchas veces huelen a templo, ¡como si la constitución no amparase claramente la libertad religiosa!, ¿si somos católicos o protestantes o judíos o musulmanes, qué?, ¿no podemos?, ¿no tenemos derecho a opinar?, ¿nos discrimina usted por ello?, ¿también va a cambiar esa parte de la constitución para que no haya libertad religiosa?
Creo que sí Sr. Zapatero y como si de una carrera desenfrenada se tratara, sin la menor pérdida de tiempo, como si la sinrazón fuera su única razón, se ha lanzado usted a legislar contra la familia y contra la libertad religiosa, contra las personas sin que la mayoría de la población se lo haya pedido. Sr. Zapatero, el pueblo en las urnas le pidió paz y prosperidad, le pidió libros de texto gratis, viviendas a precios razonables, una paga para las madres que optan por cuidar a sus hijos en su casa... y, sin embargo, usted solo habla de legalizar los matrimonios entre homosexuales, del aborto libre, de los experimentos con embriones, de los niños a la carta, etc., y además empleará los medios de comunicación para que al que piense distinto sea llamado "retrógrado, fuera de la ley, proscrito, alguien que no cuenta, que está equivocado y al que hay que hacer ver su equivocación aunque sea a la fuerza" y eso Sr. Zapatero si es ser retrógrado, antidemócrata y fascista, eso si es ir contra la dignidad, contra el derecho a la vida, contra el derecho a opinar libremente y a que no se discrimine por ello, porque somos, unos y otros, todos, también los que profesamos un credo, iguales y con el mismo derecho a opinar aunque pensemos de forma distinta a la suya y la de sus socios.
Lo siento por España y por los españoles pero desgraciadamente Sr. Zapatero no veo mucho "talento" en tanto "talante".
Juan Manuel Ramos
jmramos@fanucas.org