Hasta aquí lo que ha quedado claro es la cuota o derechos de emisión por países y por sectores. España ha cumplido con la directiva comunitaria y, se supone, que también ha cumplido con Kyoto.

 

Ahora bien, ahora comienza lo realmente importante y debería sustanciarse en un muy corto plazo de tiempo. Ahora viene el reparto por instalaciones, es decir, por centrales de generación de energía y por factorías concretas en todos los sectores implicados. Esto sí que es competencia del Gobierno español y no provocará ninguna batalla entre sectores sino entre empresas. Por ejemplo, en el sector eléctrico cada uno pasará a defender lo suyo y ya no habrá una especie de "todos contra Iberdrola". Ahora es "todos contra todos".