Pedro Solbes dirigirá una Vicepresidencia Económica, similar a la de Rodrigo Rato hasta el año 2000. Porque, en ese momento, se desgajó el Ministerio de Hacienda, con Cristóbal Montoro, que ahora vuelva a estar al completo. Eso sí, pierde la política industrial, especialmente energética, que pasa a José Montilla, un personaje oriundo de Córdoba, que ha logrado aunar nacionalismo catalán de corte radical y socialismo algo menos radical. Y esa será la primera batalla: José Montilla afirma que él debe ser quien nombre a los presidentes de las grandes empresas privatizadas, así como las compañías públicas (por ejemplo, Renfe, donde también quiere meter la cuchara la titular de Fomento, Magdalena Álvarez, conocida como "Manda-tela").
Solbes afirma que él rige toda la política económica, lo que implica los Ministerios de Industria, Fomento, Trabajo y Medio Ambiente. Sólo que los titulares de estos últimos no están dispuestos a hacerle mucho caso. La política económica, o fiscal, o laboral son fruslerías, pero los nombramientos empresariales son cosa mucho más seria.
En definitiva, tres van a ser los hombres clave de Solbes en la Vicepresidencia de Economía y Hacienda, que no es más que el regreso de los que salieron en el 96. Es decir, puro Felipismo: Miguel Ángel Fernández Ordóñez, todopoderoso responsable de Presupuesto y de Hacienda (por cierto, Mafo se fue porque Felipe González no le ascendió de secretario de Estado a ministro), ahora acepta volver otra vez como secretario de Estado. Luego está el desconocido David Vergara, nuevo secretario de Estado de Economía, que trabajara con Solbes brevemente y que se puede vender como cuota catalana, y la subsecretaria del Departamento, Juana Lázaro, que merece comentario aparte. Vergara estaba en la Consejería de Sanidad de la Generalitat y mantiene buenas relaciones con Solbes, pero también con el titular de Industria, José Montilla. De todos, la que más preocupa, especialmente al cuerpo de inspectores de Hacienda, es la subsecretaria Juana Lázaro, que dirigió la Agencia Tributaria con el Felipismo. Lo que no se dice es que esta inspectora fiscal no ha ejercido como tal, salvo un breve periodo de tiempo. Enseguida, fue aprovechada por el primer Felipismo, que vio en ella una entusiasta de la causa. Es decir, no ha hecho carrera de inspectora, sino de Gabinete. Ahora bien, desde sus cargos, se encargó de ningunear a todos los inspectores encargados de combatir los casos de corrupción del Felipismo, así como los escándalos financieros más sonados. Por ejemplo, fue ella quien presentó el recurso por el que el Estado renunciaba a seguir pleiteando por las primas únicas de La Caixa y también participó en el desistimiento en el caso de las Cesiones de Crédito del Santander. Ahora, tendrá un puesto clave en el capítulo de nombramientos. Es decir, que muchos ya se están echando a temblar.
Enrique Martínez Robles, otro felipista, quien estuviera al cargo de Hacienda, bien relacionado con Juana Lázaro, se convierte en el presidente de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI). Veremos si es capaz de resucitar el escándalo de la privatización de Aerolíneas Argentinas y si ataja el problema de la deuda en Radio Televisión Española (RTVE). En cualquier caso, los felipistas recuperan sus antiguos despachos. Es como si no hubiera pasado el tiempo. Todo muy hermoso.
Eso sí, la lucha contra la corrupción no parece el fuerte del equipo Solbes.