El social-capitalismo no es un capitalismo social, de rostro humano, sino un socialismo financiero.
José Luis Rodríguez Zapatero acudió a La Zarzuela para despachar con el Rey. Era el último líder en acudir a Palacio antes de que la Casa Real nos dijera lo que ya sabíamos: que el secretario general del PSOE es el encargado de formar Gobierno. Hay que guardar el protocolo.
Eso sí, Zapatero se negó a comparecer ante los medios informativos, lo cual llamó profundamente la atención. Hasta el momento, como líder de la Oposición, Zapatero ha sido un especialistas en perseguir a todos los medios informativos y periodistas reconocidos. Pero ahora que se va a instalar en Moncloa, debe considerar que la virtud de la transparencia se ha trocado en defecto. Según el equipo de Comunicación del PSOE, no tenía ningún sentido enfrentarse a los periodistas cuando el resto de los líderes han dicho si le iban a votar o no, y todos sabemos a quién va a votar Zapatero durante su sesión de investidura como presidente.
Pero lo cierto es que sus ministros, aún no nombrados, ya se han convertido en una jaula de grillos con enfrentamientos a distintos niveles. La información que sitúa a Miguel Ángel Fernández Ordóñez (MAFO) como secretario de Estado de Hacienda y Presupuestos de la futura Vicepresidencia Económica ha sentado como una bomba en el aparato del partido en lo que ahora empieza a llamarse el simanquismo, en alusión al líder Rafael Simancas. Es decir, los viejos guerristas del PSOE.
Se le conoce por MAFO y dentro del Partido Socialista se le ubica ideológicamente a la derecha de Rodrigo Rato. Para su ex colega José Borrell, con quien no se habla, MAFO (no le gusta que le llamen MAFO, que conste) sufre delirios "neoliberales", frase que también le adjudicó a quien fuera jefe de ambos: el ex ministro de Economía, Carlos Solchaga. En algunos miembros del aparato, el mero nombre de MAFO levanta ampollas. Es uno de los intelectuales económicos más queridos por El País, que también practica el social-capitalismo. Un par de detalles: MAFO es uno de los más fervorosos partidarios de la liberalización del suelo, una liberalización total y absoluta. Otro, MAFO apoya la política de control financiero del FMI, ha trabajado en la institución y considera que el movimiento antiglobalizador es el enemigo a batir. Más. MAFO va mucho mas allá que Rodrigo Rato en materia de liberalización de servicios básicos: por ejemplo, la electricidad.
En estas circunstancias, no sería malo que Zapatero describiera su próxima política económica. Por ahora, un verdadero misterio.