En la noche de este martes se decidía la composición de los países latinoamericanos que forman parte del Comité Internacional de Derechos Humanos, un nuevo organismo que pretende sustituir a la desprestigada Comisión de Ginebra mediante una oficina estable y ejecutiva.
Pérez Roque ha tratado de vender el gran éxito de la entrada de Cuba en el Comité. Y eso a pesar de que en 15 de las 16 sesiones de la ya fallecida Comisión hubo condenas explícitas a Cuba por violación sistemática de los Derechos Humanos. Pero parece que los nuevos tiempos de populismo latinoamericano permiten a Cuba la barra libre.
Curiosamente, lo que le permiten a Cuba no se lo permiten a Venezuela, cuya candidatura no ha sido aceptada. Y es que tanto el régimen chavista como el de Evo Morales en Bolivia son copias aumentadas del modelo castrista, pero con petrodólares. Mucho más peligroso. Y así, cuando Cuba exige el 50% de capital estatal a las inversiones extranjeras, Bolivia aspira al 80% de los ingresos.
Por cierto, que aunque Pérez Roque trate de 'vender' el éxito diplomático de pertenecer al Comité de Derechos Humanos, la verdad es que el citado comité nace con cierto déficit de credibilidad desde el momento en que forman parte del mismo países como China, Rusia, Arabia Saudita o Cuba que no se han caracterizado precisamente por ser especialmente escrupulosos en la defensa de los derechos humanos.