En su intervención en el Foro ABC, el presidente del Gobierno ha dicho que hay que erradicar la discriminación que sufre el colectivo homosexual, que tiene las mismas obligaciones que el resto de los ciudadanos y, por contra, se le niegan algunos derechos.
Acudamos al diccionario. Discriminar es seleccionar excluyendo. ¡Hombre, entonces hasta la naturaleza discrimina! ¿Habrá que acabar por decreto con la discriminación que supone la darwiniana selección natural, que excluye a los que no se adaptan? ¿O con esa discriminación de que sólo las mujeres puedan llevar en su seno y alumbrar hijos?
Por favor, señor presidente, sea un poco más sensato. Uno no es un ciudadano de segunda porque no tenga unos derechos que no le corresponde tener. Dice usted que el Parlamento hace las leyes que regulan la vida social. De acuerdo, pero el Parlamento no es el árbitro del bien y del mal, y recuerde que la sociedad es anterior a cualquier Parlamento, cuya obligación es reconocer lo que es bueno para la sociedad, y legislar en ese sentido.
Santiago García
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