Ahora el proyecto deberá ser ratificado por la Cámara de Diputados, que ya lo aprobó con 81 votos sobre 87El proceso de ingeniería social continúa en Hispanoamérica. Si el primer país en legalizar el matrimonio homosexual o antinatural fue Argentina, ahora lleva camino de seguirle Uruguay.

Ayer martes, y con 23 de 31 votos posibles, el Senado de Uruguay aprobó la ley que reconoce el matrimonio entre personas del mismo sexo y regula las condiciones para que adopten menores. Ahora el proyecto deberá ser ratificado por la Cámara de Diputados, que ya aprobó el proyecto original el pasado mes de diciembre con los votos a favor de 81 de los 87 diputados presentes. Se prevé que los diputados votarán este texto la próxima semana, contaba Aciprensa. 

La Iglesia católica en Uruguay ha hablado claro en contra de esta norma que no respeta la ley natural, esa que -explica el catecismo de la Iglesia- "muestra al hombre el camino que debe seguir para practicar el bien y alcanzar su fin. La ley natural contiene los preceptos primeros y esenciales que rigen la vida moral. Tiene por raíz la aspiración y la sumisión a Dios, fuente y juez de todo bien, así como el sentido del prójimo en cuanto igual a sí mismo. Está expuesta, en sus principales preceptos, en el Decálogo. Esta ley se llama natural no por referencia a la naturaleza de los seres irracionales, sino porque la razón que la proclama pertenece propiamente a la naturaleza humana".

El domingo y en su homilía de la Misa de Resurrección, el Arzobispo de Montevideo, Mons. Nicolás Cotugno, pidió a los legisladores católicos que actúen "a conciencia" y que rechacen el proyecto en cuestión. "Si eres católico diputado, un católico senador, tienes que actuar en conciencia de acuerdo con este testimonio de Cristo resucitado", señaló el Prelado.

El pasado 27 de marzo, el Obispo de Salto, Mons. Pablo Galimberti, exhortó al Senado a no destruir a la familia con el matrimonio homosexual, pues con eso se pretende equiparar las uniones homosexuales al verdadero matrimonio entre varón y mujer, que es la base de las familias y la sociedad. "¿Por qué relativizar y desvalorizar una institución, hoy tan golpeada como la familia, introduciéndole profundas modificaciones que van a confundir más que aclarar", cuestionó.

Pero quien mejor lo explica el obispo de Alcalá (España), Monseñor Juan Antonio Reig, en esta entrevista que les recomendamos, y en la que distingue entre las personas con inclinación homosexual, la inclinación homosexual propiamente dicha, las prácticas homosexuales, el lobby gay, el homosexualismo político, la cultura gay y la  llamada "teología gay".

José Ángel Gutiérrez
joseangel@hispanidad.com